¿Dónde estás? No te conozco aún. Sólo sé que llevo una fortuna gastada en esta habitación con la que nunca has dado. Te espero tumbada, con las medias a medio camino entre hoy y nunca. Me corté las uñas, no quiero dejar que el subconsciente me traicione, esta habitación no es mi sabana habitual. En el móvil un número oculto me habla de ti, pero no me engaño, seguramente sea un operador telefónico.
Vacilo entre la excitación y el sueño. No sé si ser natural o esperarte al natural. El silencio se va desnudando ante mí, con sus manos diluidas, con su sarta de relojes al borde del orgasmo perpetuo, ese tac final que nunca llega, ese lienzo a medio acabar.
Resignada a la fugacidad etérea me revisto, cojo prestada alguna sábana, dejo en el aire algún aliento. Intento leer un poco, busco motivos en poemas, pero siempre acabo apagando cigarrillos en el antebrazo del corazón, talado ya a base de colillas para que no diera lágrimas.
Avanza la noche y yo sólo hago componer canciones tristes y vaciar el minibar. Lo que te dije, al final ni dinero, ni hígado, ni cordura. Tampoco tú, es decir tampoco calor. Tampoco puzzle, tampoco rima, tal vez silencio, a lo mejor eco.
Al final bajaré al callejón a por algún mordisco, con tanto esperar las piernas se me enredan y una cosa lleva a la otra. Ya sabes, lo de siempre, estaré fuera de cobertura por lo menos veinte minutos. No tengo yo la culpa de que el zigzag de las cremalleras sea tan pegadizo.
[Respuesta a ciegas de la primera carta a Isis. Por Mabel VJ, desde Una foto y mil palabras]
Increíble… :O Es perfecta, me encanta. Me estimula, me embelesa y hasta me excita.
Actualizo el link donde está el post, ya que cambié la dirección de la web: http://www.mabelvj.com/hotel-sin-nombre/